El Consejo de Cámaras de la Propiedad Urbana de Castilla y León alerta del incremento de los impagos en los contratos de arrendamiento, de la escasa promoción de vivienda nueva y de la creciente dificultad para encontrar mano de obra en el sector de la construcción. Estos factores, unidos al aumento de precios y a la inseguridad jurídica percibida por los propietarios, están configurando un mercado cada vez más tensionado y con menor capacidad de respuesta ante la demanda residencial.
La vivienda nueva solo representa el 7,45 % de las compraventas registradas en Castilla y León, mientras que la vivienda de segunda mano alcanza el 92,55 %. El precio medio del metro cuadrado se sitúa en 961 euros, lo que supone un aumento anual del 6,93 %. La edad mediana de los compradores se mantiene en 51 años, y los menores de 31 años apenas representan el 7,93 % del total, lo que evidencia la dificultad de los jóvenes para acceder a una vivienda en propiedad o en alquiler.
El Consejo indica que, pese a la elevada demanda, la promoción de vivienda nueva continúa siendo reducida debido a la falta de incentivos, los elevados costes de financiación y materiales, la complejidad administrativa y la escasez de mano de obra cualificada, un problema creciente que retrasa la ejecución de nuevas promociones. Esta situación contribuye a mantener una oferta limitada y precios en aumento tanto en la compraventa como en el alquiler.
Paralelamente, se constata un incremento de los impagos en el mercado del alquiler, especialmente entre hogares con un solo pagador o con pérdida de ingresos. Aunque los seguros de impago ofrecen cobertura inicial, muchos casos derivan en procedimientos judiciales y desahucios, lo que refuerza la percepción de riesgo entre los arrendadores. Esta inseguridad, junto con la falta de protección frente a ocupaciones o “inquiokupaciones”, está provocando que numerosos propietarios trasladen sus viviendas al mercado del alquiler turístico o temporal, donde paradójicamente encuentran mayor seguridad y rentabilidad o deciden ponerlo a la venta.
El conjunto de estos factores —incremento de precios, impagos, escasez de vivienda nueva y falta de mano de obra— configura un problema estructural con efectos a medio y largo plazo sobre el acceso a la vivienda. La tendencia apunta hacia una sociedad con menor capacidad de ahorro, un envejecimiento del comprador medio y un parque residencial que no crece al ritmo necesario para cubrir la demanda. La falta de estímulos repercute directamente en el escaso interés por actualizar el parque inmobiliario, tanto en mejoras de eficiencia energética como en rehabilitación y modernización de viviendas existentes, lo que limita aún más la capacidad de respuesta del mercado ante las necesidades actuales y futuras.
*Datos del Portal Estadístico del Notariado.

