La Cámara de la Propiedad Urbana de Valladolid advierte: el precio del alquiler en Castilla y León sigue al alza en un contexto de oferta cada vez más limitada

Sep 3, 2025 | Noticias

El mercado del alquiler atraviesa en Castilla y León una situación especialmente delicada. La escalada de precios es ya una realidad en provincias como Segovia o Zamora, donde el coste medio de arrendar una vivienda ha aumentado más de un 20% en apenas un año. A esta tendencia se suma una preocupante reducción de la oferta, lo que convierte al acceso a la vivienda en una de las grandes dificultades actuales, especialmente para los jóvenes y las familias con menor capacidad económica.

Desde la Cámara de la Propiedad Urbana de Valladolid se observa con preocupación cómo la combinación de una alta demanda, una limitación artificial de precios y una falta de seguridad jurídica para los propietarios está generando un contexto insostenible. Todo ello, en un momento en el que el mercado necesita, más que nunca, certezas, incentivos y equilibrio.

Una ley con efectos contrarios a los deseados

Uno de los principales factores que explican esta situación es la aplicación de la Ley de Vivienda aprobada en 2023, cuyas medidas han tenido consecuencias contrarias a las que pretendía abordar. La limitación en la actualización de las rentas —que ya no puede vincularse directamente al IPC— ha generado inseguridad en los propietarios y una retirada progresiva de viviendas del mercado de alquiler.

Frente a lo esperado, topar el precio ha contribuido a incrementar el coste real del alquiler y ha desincentivado la puesta a disposición de nuevas viviendas. Desde la Cámara se considera que esta política, lejos de favorecer el acceso a la vivienda, ha ahuyentado la inversión privada y generado un «miedo jurídico» que ha hecho que muchas viviendas se destinen a otros usos, como el alquiler turístico o el alojamiento temporal.

Propietarios desprotegidos

Otro de los grandes problemas detectados es la falta de protección efectiva a los propietarios. En la actualidad, quienes alquilan una vivienda asumen una serie de gastos, obligaciones y riesgos sin contar con mecanismos ágiles de respuesta ante impagos o situaciones de ocupación prolongada.

Este contexto ha generado una situación de desconfianza creciente, especialmente ante la lentitud de los procesos judiciales en caso de impago, que puede obligar al arrendador a soportar durante meses —o incluso años— una ocupación sin recibir contraprestación alguna. Además, la carga fiscal y las restricciones impuestas a los propietarios no se ven compensadas por medidas de apoyo o protección real.

Aumento de la demanda y desigual acceso a la vivienda

En paralelo, la demanda de vivienda en alquiler ha seguido creciendo. El fenómeno se agrava en ciudades como Segovia, que actúan como ciudades dormitorio respecto a grandes núcleos como Madrid, atrayendo población que busca alternativas más asequibles. Pero también afecta a otras zonas del interior, donde la oferta no es suficiente para cubrir la demanda actual, especialmente en segmentos de vivienda asequible.

Uno de los colectivos más afectados es el de los jóvenes, que se emancipan a edades cada vez más tardías debido a la falta de ahorro, la inestabilidad laboral y la dificultad para acceder a una hipoteca. Como alternativa, recurren al alquiler, lo que aumenta la presión sobre el mercado y reduce aún más las posibilidades para quienes tienen menor poder adquisitivo.

Una situación que no cambiará sin reformas urgentes

Desde la Cámara de la Propiedad Urbana de Valladolid se insiste en que la situación no mejorará mientras no se revise el marco legislativo actual. La limitación de precios y la inseguridad jurídica solo están agravando los problemas estructurales. La solución pasa, en primer lugar, por incrementar la oferta de vivienda disponible, y no por intervenir de forma artificial en los precios.

También se considera esencial impulsar mecanismos eficaces de protección al propietario, como la agilización de los juicios por impago (especialmente en casos de «inquiokupación») y una clara diferenciación legal entre allanamiento de morada y usurpación, que permita actuar con mayor rapidez en los tribunales.

Propuestas de actuación

Para revertir esta tendencia y recuperar la confianza en el mercado del alquiler, la Cámara plantea una serie de medidas prioritarias:

  • Modificación urgente de la Ley de Vivienda, para restablecer el equilibrio entre inquilinos y propietarios, y permitir actualizaciones razonables de las rentas.
  • Impulso a los juicios rápidos por impago, especialmente en el caso de inquilinos que dejan de pagar y no abandonan la vivienda.
  • Aumento de la oferta mediante estímulos fiscales y colaboración público-privada.
  • No intervención en los precios del mercado, dejando que la competencia regule el coste según oferta y demanda.
  • Protección legal efectiva del propietario, garantizando que no tenga que asumir en solitario los efectos del impago o la ocupación.
  • Desarrollo de programas públicos de vivienda social y ayudas al alquiler, que asuman desde las administraciones la responsabilidad de atender a los colectivos más vulnerables sin perjudicar al mercado privado.